lunes, 29 de julio de 2013
lunes, 22 de julio de 2013
Amigos y Socios
¿Cómo es
tener una sociedad entre amigos?
Un socio es
aquella persona con la que compartís más de la mitad del día y más de la mitad
de tus asuntos. ¿Y un amigo? Un amigo también. Por eso es casi vital que
termines siendo amigo de tu socio.
Existen
sociedades que nacen a partir de una amistad, donde se comparten ciertos
valores que luego serán aplicados en el ámbito laboral. Como también existen
amistades que surgen a partir de una sociedad, donde los valores e intereses
comunes que nacen a partir del trabajo conjunto, terminan llevándose a la vida
cotidiana y formando una amistad incondicional, que va más allá de lo laboral.
Para celebrar el
día del amigo, compartimos la experiencia de Laura Polonsky y Eliana García
Moretti, socias de Mind & Process y amigas.
Eliana respondió
algunas preguntas y contó cómo es hacerte amiga de tu socia:
Ventajas de
ser amiga de tu socia
“Creo que el
principal valor está en que una confía ciegamente en la otra y esa confianza
hace posible el diálogo franco y respetuoso, principalmente en los momentos
donde hay que tomar decisiones o en aquellos donde tenemos diferencias, que se
conversarán y limarán con el fin de acordar. Esto sólo es posible si hay cariño
y amistad.”
Claves para
que una sociedad funcione
“La clave es
el respeto mutuo. Con Laura nos respetamos como personas y como profesionales,
dividimos las tareas y confiamos en las decisiones e intervenciones de la otra.
De todas maneras, las decisiones se toman en común, consensuando y poniéndonos
de acuerdo siempre, anteponiendo el sostenimiento y continuidad de la Empresa.
Exponemos nuestros puntos de vista y tratamos todo el tiempo de hacer sinergia entre las experiencias laborales, personales y los conocimientos adquiridos de
ambas.
En la Empresa
tenemos funciones distintas y dividimos las tareas, esta división fue de
acuerdo a cómo nos íbamos sintiendo cómodas con las tareas y, por supuesto, de
forma consensuada también.”
Cómo surgió
la sociedad y la amistad
“Laura y yo
nos conocimos en la adaptación de sala de 2 años de nuestros hijos. Yo acababa
de desvincularme del Banco Santander, donde había trabajado 16 años. Laura ya
trabajaba de forma independiente y había fundado Mind & Process. Mientras
nuestros niños insistían en no adaptarse al colegio, nosotras nos conocíamos y
hablábamos de nuestros trabajos. Nos dimos cuenta de que teníamos mucho en
común en cuanto a nuestro trabajo y competencias y que podíamos
complementarnos. Así fue como un día decidimos asociarnos, yo me sumé a Mind
& Process y desde el 2007 estamos trabajando juntas.”
La base de la
amistad es compartir los mismos valores. Si con una persona compartimos,
además, los mismos intereses, estamos frente a una sociedad ideal.
viernes, 5 de julio de 2013
Las instituciones recreativas cada vez tienen más exigencia del socio. CRM O CCM, como atender al socio cliente?
Hoy las organizaciones deben
poner foco en el cliente. Sobre esto no cabe la menor duda, y es por eso que de
a poco el CRM (la sigla de Customer
Relationship Management) pasa a ser una herramienta indispensable para
cualquier empresa.
Por eso, se necesita un CRM para realizar el seguimiento de la relación con el
cliente y las oportunidades comerciales que surjan, tanto en una
institución como en empresas de venta de productos o servicios. Pero hay
organizaciones que se relacionan con “Socios/clientes”, como por ejemplo un
club, una empresa de medicina prepaga o un colegio profesional, que sienten que
esta herramienta tiene algunas limitaciones, y que no resuelve todas sus
necesidades.
Entonces, plantean que lo que les
hace falta “podría ser un CRM”, pero con “pequeños” cambios. Por ejemplo: “en
vez de llamarlo cliente podemos ponerle ‘socio’?”, “o en lugar de ‘campañas
publicitarias’ podemos decirle ‘mailing’”?
En principio, la esencia tal vez
es la misma, pero resulta que el CRM no
resuelve el core del negocio o muchas necesidades puntuales. Y si en vez de
hacer “algunos cambios” pensamos en otra herramienta?
Un sistema
para cuidar al socio
Será lo mismo atender al cliente que realizar una nueva compra que al
“socio” de una de las instituciones mencionadas? Desde ya que
no, y para realizar un seguimiento de uno u otro caso se deben definir distinto
tipo de alertas o herramientas.
En el caso de un pedido o compra
por parte de un cliente, debemos medir su respuesta ante una campaña, un nuevo
lanzamiento, un cambio de precios, etcétera. Para ello asignamos un ejecutivo
de cuenta, y definimos tareas relativas a la conducta comercial de ese cliente.
Lo que buscamos es poder estar presentes en el momento en que decida la compra.
Pero si se trata de una empresa
que brinda servicios o que tiene un socio/cliente, deberíamos preguntarnos,
entre otras cosas:
-
Si le brindamos información sobre nuestras propuestas.
-
Si participa de las actividades.
-
Si realizó reclamos o sugerencias sobre el servicio.
-
Y en ese caso, si recibió las respuestas en tiempo y
forma.
O sea que no estamos registrando
si un cliente realizó un nuevo pedido en esta temporada, si recibió el último
catálogo o si se le actualizó la lista de precios, sino más bien su conformidad con la organización a la que
pertenece, su aceptación a las propuestas y su grado de fidelización.
La herramienta que puede responder estas inquietudes ya no es un CRM (Customer Relationship Manager), sino más
bien un CCM (Customer Care Manager).
La diferencia
es mucho más que el nombre
El CCM es una herramienta focalizada en seguir las acciones que los
socios/clientes demandan para que se lleve a cabo la organización, y
luego el análisis de su realización de una manera satisfactoria (o no). Además
de las instituciones que indicamos más arriba, el CCM es sumamente necesario en
empresas de servicios que trabajan rubros como soporte técnico, hotelería,
gastronomía y aerolíneas, entre otras.
A su vez, esta gestión de socios/clientes puede estar complementada con
un workflow que nos permita administrar tareas, seguimientos, fechas y
condiciones de vencimiento de las mismas, etc. Es cierto que
asignar una tarea y verificar si se realizó no es una tarea complicad para una
organización. Peor asignar cientos de tareas y realizar el seguimiento de las
mismas, se transforma en una tarea tediosa, en la que se deja de tener control
sobre lo que pasó, si realmente se dio una respuesta al socio/cliente, entre
otras cuestiones. Y muchas veces se toma conocimiento tardío sobre la “no
acción”: es decir, cuando se recibe un reclamo o el socio se da de baja.
La combinación del CCM y el
workflow nos daría la oportunidad de sacar reportes de lo realizado (y respecto
a cuándo y cómo se hizo), tener una actitud proactiva hacia los clientes/socios
que realizan determinadas demandas, trabajar sobre indicadores; y gestionar,
gestionar y gestionar.
Es la diferencia entre que el
socio tenga que anotar en su agenda: “Llamar a ‘xxx’ para ver si resolvieron mi
pedido”, o que le llegue una comunicación diciendo: “Estimado…Queríamos saber
si está conforme con la forma en que se resolvió su solicitud”.
La herramienta en cuestión no estaría focalizada en realizar acciones
comerciales sobre un cliente, sino en gestionar las necesidades puntuales de
éste en base a un servicio que se le está brindando.
Cuando hay un adecuado seguimiento de la satisfacción
del cliente, incrementamos su satisfacción por la atención recibida, y
reducimos el riesgo de perderlo. Porque un cliente perdido es algo que luego,
aún teniendo un CRM para realizar la gestión comercial, no se puede recuperar.-
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